viernes, 7 de diciembre de 2012

La Ruta de Escape (Por Neil Anderson)


1 Cor 10:13 no nos ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana, pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida para que podáis soportar.

1 Cor 10:13 es la brillante buena noticia en medio de nuestros temores y preocupaciones sobre la tentación. ¿Dónde está la forma de escape que Pablo está hablando aquí? En el mismo lugar donde se presenta la tentación: en tu mente. Toda tentación primero es un pensamiento que se presenta a tu mente, por tu carnalidad o por el tentador mismo. Si meditas en ese pensamiento y lo consideras como opción, eventualmente lo llevarás a cabo y eso es pecado. El primer paso para escapar de la tentación es aprehender cada pensamiento tan pronto pase a través de la puerta de tu mente.

Una vez que hayas detenido un pensamiento penetrante, el siguiente paso es evaluarlo sobre la base de criterio de pensamiento que Pablo enseñó en Fil 4:8 Pregúntate: ¿este pensamiento se alinea a la verdad de Dios? ¿me sugiere que haga algo honorable? ¿es correcto? ¿puro? Si este pensamiento se vuelve en acción, ¿el resultado será bueno y contribuirá a la excelencia en mi vida? ¿Aprobarían otros creyentes mis acciones? ¿es algo por lo que puedo alabar a Dios? Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es no, desecha ese pensamiento inmediatamente. Ya no tengas nada más que ver con él. Si ese pensamiento persiste, sigue desechándolo. Cuando aprendas a responder a los pensamientos tentadores al detenerlos en la puerta de tu mente, evaluarlos en la base de la Palabra de Dios y desechando aquellos que no pasen el examen, has encontrado la ruta de escape que la Palabra de Dios promete.

Por el contrario, si un pensamiento entra a tu mente y pasa el examen de verdad de Filipenses 4:8 deja que tu mente piense en esas cosas (v 8) llévalas a cabo (v9) y el Dios de paz estará contigo (v9), este es un resultado infinitamente mejor que el dolor y la confusión que vienen cuando cedemos ante los pensamientos de tentación y nos involucramos en un comportamiento pecaminoso.

Por Neil Anderson

ORACIÓN

Gracias Señor por proveer una forma de escape para todas las tentaciones. Estoy determinado a ganar la batalla por mi mente, en el nombre de Jesús, amén.