miércoles, 10 de julio de 2013

Nuestra respuesta ante el poder de Dios (Por John MacArthur)


Isa 40:31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Confiar en el poder de Dios nos da confianza para vivir como cristianos.

 ¿Cuál debería ser nuestra respuesta ante el poder de Dios? Primero, debemos adorarle. Nuestra respuesta debe seguir lo que Dios le dijo a Israel: “Mas a Jehová, que os sacó de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a éste temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio” (2 Rey 17:36)

Entendiendo el poder de Dios también nos debe dar confianza “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filip 4:13) Debido a Su fuerza nosotros podemos vivir la vida cristiana cada día con confianza. Dios “es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efe 3:20)

Nuestra esperanza eterna se basa en el poder de Dios. Su poder nos salvó y nos resucitará en el día postrero (Juan 6:40) Ese día debe ser la gran esperanza del cristiano porque cualquier problema que tengamos en la tierra, nuestro destino eterno sigue seguro.

Cuando soy tentado a preocuparme. Me consuela recordar que el poder de Dios es más grande que el problema que tengo. El salmista dijo: “Alzaré mis ojos a los montes;  ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová,  Que hizo los cielos y la tierra”(Salm 121:1-2) El Dios que hizo todo seguramente puede con nuestros problemas.

El poder de Dios también nos da la victoria espiritual. Pablo nos enseña a “fortalecernos en el Señor y en el poder de Su fuerza” (Efe 6:10) Cuando el enemigo viene y tú estás en guardia, tú no peleas contra él, tú vas y le avisas al comandante y Él guía la batalla. Dios nos dará la victoria porque “mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo” (1Juan 4:4) Satanás puede ser poderoso, pero no se compara a Dios.

Finalmente, comprender el poder de Dios nos da humildad. Pedro nos exhorta a “humillarnos a nosotros mismos, bajo la poderosa mano de Dios, para que él nos exalte cuando fuere tiempo” (1Ped 5:6) Separados del poder de gracia de Dios no somos nada y no podemos hacer nada (Juan 15:5)

Por John MacArthur

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tus comentarios Dios te bendiga.