martes, 14 de junio de 2016

¿Que es el Pecado?

Quizás queramos adoptar un concepto superficial del pecado y referirnos a este como una «debilidad humana», pero Dios dice que nos trae muerte. Podemos llamarlo una insignificancia, pero Dios lo llama una tragedia. Queremos disculparnos por el pecado, pero Dios tiene que convencernos del pecado y quiere salvarnos de él. El pecado no es un juguete divertido. ¡Es un terror que se debe rechazar! Así que debemos aprender lo que el pecado es ante los ojos de Dios. Los eruditos de la Biblia nos dan cinco definiciones del pecado: 

Primero, el pecado es anarquía, la transgresión de la ley de Dios. La Biblia dice: «Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley» (1 Juan 3:4). Es porque hemos quebrantado la ley y los mandamientos de Dios que somos culpables de pecado. 

Segundo, la Biblia describe el pecado como iniquidad . La iniquidad es desviarse de lo que es correcto. La iniquidad incluye nuestras motivaciones internas, las mismas cosas que con tanta frecuencia tratamos de ocultar de otras personas y de Dios. Son los males que brotan de nuestra naturaleza corrompida. La Biblia describe esta iniquidad interna cuando dice: «Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte» (Santiago 1:14-15). 

Tercero, la Biblia define el pecado como «no darle al blanco». Como una flecha que no le da al blanco, el pecado es no alcanzar la meta que se ha establecido. La meta de Dios es Cristo. El propósito de toda la vida es vivir   conforme a la vida de Jesús. Cuando fallamos en seguir su ejemplo, no le damos al blanco y nos quedamos cortos ante la norma divina. La Biblia dice: «Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3:23). 

Cuarto, el pecado es intrusión. Es ponerse uno mismo en el lugar de Dios, o traspasar ilegalmente el territorio divino. El pecado es centrar sus afectos en usted mismo en vez de extender los brazos del corazón para abrazar a Dios. El orgullo y el egoísmo son manifestaciones del pecado, al igual que lo son el robo y el asesinato. Jesús dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?» (Marcos 8:34,36). 

Quinto, el pecado es incredulidad. La incredulidad es pecado porque es un insulto a la verdad de Dios. La Biblia dice: «El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo» (1 Juan 5:10). La incredulidad cierra la puerta al cielo y la abre al infierno. La incredulidad rechaza la Palabra de Dios y niega a Cristo como Salvador. La incredulidad hace que las personas rechacen el evangelio y nieguen los milagros de Cristo. Por lo tanto, la incredulidad es pecado.

Extracto de El Secreto de la Paz Personal, de Billy Graham
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